Todo es diferente, las calles se hacen más largas y tenebrosas. Y todo cambia de color. Los indigentes pasan a convertirse en ánimas en pena, que al parecer buscan su redención.
Yo camino rápidamente al son de los latidos de mi corazón, sigo el camino hasta encontrar una calle con mas gente y mas segura, son solo dos cuadras, pero a cada paso que doy se me hace mas largo el recorrido, siento que los monstruos nocturnos me vigilan, para devorarme, aunque no veo nada humano a mi alrededor, siento miles de ojos sobre mi asechando mi recorrido por la obscura calle. Es mas no se ni cuanto llevo caminando, cada vez mi corazón late mas fuerte, como con ganas de salir de mi ser. Es como una pesadilla porque a medida que voy avanzando se hace cada vez mas oscuro, y la calle con luz se ve cada vez mas distante, acelero mi paso, y ya no camino si no que corro hasta un lugar seguro, donde ya mi corazón se sienta mas tranquilo. Cuando falta poco para llegar, un indigente interrumpe mi recorrido y se me pone en frente mío. Me paralizo y siento como si ese monstruo nocturno me fuese a devorar. Cuando estoy en frente de el lo miro, de forma desconfiada, pero el me ofrece una sonrisa, y me pregunta la hora, miro mi reloj, y veo que son las 9 de la noche. Me dice muy educadamente muchas gracias, y se aleja, también junto con el se aleja mi miedo, y veo que tales monstruos no existen. Ya camino más despacio y al fin logro llegar a mi lugar de destino.
Yo camino rápidamente al son de los latidos de mi corazón, sigo el camino hasta encontrar una calle con mas gente y mas segura, son solo dos cuadras, pero a cada paso que doy se me hace mas largo el recorrido, siento que los monstruos nocturnos me vigilan, para devorarme, aunque no veo nada humano a mi alrededor, siento miles de ojos sobre mi asechando mi recorrido por la obscura calle. Es mas no se ni cuanto llevo caminando, cada vez mi corazón late mas fuerte, como con ganas de salir de mi ser. Es como una pesadilla porque a medida que voy avanzando se hace cada vez mas oscuro, y la calle con luz se ve cada vez mas distante, acelero mi paso, y ya no camino si no que corro hasta un lugar seguro, donde ya mi corazón se sienta mas tranquilo. Cuando falta poco para llegar, un indigente interrumpe mi recorrido y se me pone en frente mío. Me paralizo y siento como si ese monstruo nocturno me fuese a devorar. Cuando estoy en frente de el lo miro, de forma desconfiada, pero el me ofrece una sonrisa, y me pregunta la hora, miro mi reloj, y veo que son las 9 de la noche. Me dice muy educadamente muchas gracias, y se aleja, también junto con el se aleja mi miedo, y veo que tales monstruos no existen. Ya camino más despacio y al fin logro llegar a mi lugar de destino.









0 comentarios:
Publicar un comentario