Hace más de tres años, específicamente el 5 de febrero de 2005 día de mi cumpleaños, siendo las cinco de la tarde me dirigía con mi hermano Mayor, en su carro, hacia mi casa. Todo se veía tranquilo, la tarde de este día se veía muy normal, y el trafico estaba un poco congestionado.
Cuando paramos en un semáforo en rojo, en la carrera 65 cerca del barrio la Iguana, vi, que dos tipos vestidos de negro con cascos que les tapaban el rostro, donde solo se les podía ver los ojos y montados en una moto de alto cilindrare y de color azul , se pararon al lado de mi ventanilla, en el momento que los vi. se me puso la piel de gallina, como cuando se presiente algo malo. En ese mismo instante, un niño de aproximadamente 8 años se me acerco a pedirme plata, y del susto al ver esos tipos en esa moto, le di un billete de dos mil pesos. Luego el semáforo cambio a color verde y mi hermano arranco, mientras que yo cerraba el vidrio de el lado de mi ventanilla, el corazón me palpitaba y sentía escalofrió, como cuando uno esta nervioso, pero aun no sabia porque me había puesto así.
Yo veía a mi hermano que miraba el retrovisor constante mente y eso me ponía más nervioso, pero aun no entendía mi zozobra. Después de continuar varios metros, mi hermano me pregunto:
“¿entonces que vamos a hacer esta noche?”
Y desde este momento empezamos a planear como es que celebraríamos mis 18 años, y en el momento en que empezamos a hablar la zozobra que había sentido unos minutos antes se me quito. Y le baje un poco al volumen del radio, el cual no me dejaba escuchar lo que mi hermano me decía.
Faltando cinco cuadras para llegar a mi casa, escuche una canción que me gustaba, e inmediatamente me agache para subir nuevamente el volumen del radio del carro. En ese mismo instante mi hermano se tiro sobre mi y todo se me oscureció, cuando de repente sentí varias explosiones y vidrios del carro quebrándose, y una lluvia de cristales cayendo sobre mi, escuchaba voces desgañitadas diciendo : “ apúntele en la cabeza guevon, apúntele… ”Luego todo se calmo y escuche el sonido de una moto de alto cilindrare alejándose. Todo esto transcurrió en un abrir y cerrar de ojos. En el momento de abrir los ojos y reaccionar me encontraba lleno de sangre, en la ropa , en mis manos y pies, pero no me dolía nada, luego veo a mi hermano teñido de rojo, y botando sangre por la boca, a lo que me decía: “ me mataron juancho me mataron… no me deje morir. En mi desesperación me baje del carro y me subí en el asiento del conductor, ni me acuerdo como lo moví, solo me acuerdo que su cabeza quedo sobre mis rodillas, veía mucha gente alrededor, y luego acelere con destino al hospital mas cercano, o sea el hospital Pablo Tobon Uribe, pitando tremendamente, los demás vehículos me cedían la vía, creo que iba a mas de cien, por toda la avenida ochenta. Mientras que al mismo tiempo le hablaba mi hermano para que no se durmiera, porque yo sabia que si se dormía, jamás despertaría, me acuerdo que me decía : “ Juancho estoy flotando, agarreme que estoy flotando no me deje subir… Minutos mas tarde llegue a urgencias del hospital pitando desesperadamente y gritando: “ una camilla por favor... rápido que se me muere mi hermano” y de inmediato salieron varios enfermeros con una camilla y veo que se acercan al carro, y yo les ayudo a sacar a mi hermano del carro para montarlo a la camilla, y de inmediato salimos corriendo para la sala de cirugía, donde en la puerta de esta me detienen y me dicen que no puedo entrar, prontamente me desespero y empiezo a gritar y llorando saco mi celular y sin saber como contarle a mi papa lo que había sucedido marco el numero de mi papa y al sentirme llorando abatido se preocupa y me dice “ mijo que paso por que esta así” en ese instante le cuento que a mi hermano le habían disparado y que estaba grave en el Pablo Tobon. Y al colgar el teléfono, un agente de la policía se me acerca y comienza a hacerme varias preguntas las cuales yo no sabia como responder, porque no sabia que era lo que había pasado verdaderamente. y ese interrogatorio me puso mas irritado a lo que después una enfermera me dio un calmante….
Hoy en día mi hermano sigue con vida gracias a Dios, pero en una silla de ruedas y ni el, ni yo, ni nadie sabemos el porque de este atentado, a pesar de que todos sacamos conclusiones sobre el tema y por mi cabeza pasan varias ideas del verdadero culpable de este atentado, y pienso que todo el mundo piensa igual que yo pero como no hay pruebas, este crimen se quedara impune, lo único que pido es que Dios haga justicia…
Cuando paramos en un semáforo en rojo, en la carrera 65 cerca del barrio la Iguana, vi, que dos tipos vestidos de negro con cascos que les tapaban el rostro, donde solo se les podía ver los ojos y montados en una moto de alto cilindrare y de color azul , se pararon al lado de mi ventanilla, en el momento que los vi. se me puso la piel de gallina, como cuando se presiente algo malo. En ese mismo instante, un niño de aproximadamente 8 años se me acerco a pedirme plata, y del susto al ver esos tipos en esa moto, le di un billete de dos mil pesos. Luego el semáforo cambio a color verde y mi hermano arranco, mientras que yo cerraba el vidrio de el lado de mi ventanilla, el corazón me palpitaba y sentía escalofrió, como cuando uno esta nervioso, pero aun no sabia porque me había puesto así.
Yo veía a mi hermano que miraba el retrovisor constante mente y eso me ponía más nervioso, pero aun no entendía mi zozobra. Después de continuar varios metros, mi hermano me pregunto:
“¿entonces que vamos a hacer esta noche?”
Y desde este momento empezamos a planear como es que celebraríamos mis 18 años, y en el momento en que empezamos a hablar la zozobra que había sentido unos minutos antes se me quito. Y le baje un poco al volumen del radio, el cual no me dejaba escuchar lo que mi hermano me decía.
Faltando cinco cuadras para llegar a mi casa, escuche una canción que me gustaba, e inmediatamente me agache para subir nuevamente el volumen del radio del carro. En ese mismo instante mi hermano se tiro sobre mi y todo se me oscureció, cuando de repente sentí varias explosiones y vidrios del carro quebrándose, y una lluvia de cristales cayendo sobre mi, escuchaba voces desgañitadas diciendo : “ apúntele en la cabeza guevon, apúntele… ”Luego todo se calmo y escuche el sonido de una moto de alto cilindrare alejándose. Todo esto transcurrió en un abrir y cerrar de ojos. En el momento de abrir los ojos y reaccionar me encontraba lleno de sangre, en la ropa , en mis manos y pies, pero no me dolía nada, luego veo a mi hermano teñido de rojo, y botando sangre por la boca, a lo que me decía: “ me mataron juancho me mataron… no me deje morir. En mi desesperación me baje del carro y me subí en el asiento del conductor, ni me acuerdo como lo moví, solo me acuerdo que su cabeza quedo sobre mis rodillas, veía mucha gente alrededor, y luego acelere con destino al hospital mas cercano, o sea el hospital Pablo Tobon Uribe, pitando tremendamente, los demás vehículos me cedían la vía, creo que iba a mas de cien, por toda la avenida ochenta. Mientras que al mismo tiempo le hablaba mi hermano para que no se durmiera, porque yo sabia que si se dormía, jamás despertaría, me acuerdo que me decía : “ Juancho estoy flotando, agarreme que estoy flotando no me deje subir… Minutos mas tarde llegue a urgencias del hospital pitando desesperadamente y gritando: “ una camilla por favor... rápido que se me muere mi hermano” y de inmediato salieron varios enfermeros con una camilla y veo que se acercan al carro, y yo les ayudo a sacar a mi hermano del carro para montarlo a la camilla, y de inmediato salimos corriendo para la sala de cirugía, donde en la puerta de esta me detienen y me dicen que no puedo entrar, prontamente me desespero y empiezo a gritar y llorando saco mi celular y sin saber como contarle a mi papa lo que había sucedido marco el numero de mi papa y al sentirme llorando abatido se preocupa y me dice “ mijo que paso por que esta así” en ese instante le cuento que a mi hermano le habían disparado y que estaba grave en el Pablo Tobon. Y al colgar el teléfono, un agente de la policía se me acerca y comienza a hacerme varias preguntas las cuales yo no sabia como responder, porque no sabia que era lo que había pasado verdaderamente. y ese interrogatorio me puso mas irritado a lo que después una enfermera me dio un calmante….
Hoy en día mi hermano sigue con vida gracias a Dios, pero en una silla de ruedas y ni el, ni yo, ni nadie sabemos el porque de este atentado, a pesar de que todos sacamos conclusiones sobre el tema y por mi cabeza pasan varias ideas del verdadero culpable de este atentado, y pienso que todo el mundo piensa igual que yo pero como no hay pruebas, este crimen se quedara impune, lo único que pido es que Dios haga justicia…








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