Cuando leemos, pensamos y escribimos, por lo general nos imaginamos a que suena, o como podría sonar (lo digo por mi experiencia). Ese es el caso de Andrés Caicedo, quien me supongo que a la hora de escribir su no vela “Que viva la música “ siempre se imagino el sonido que ambientaba su escrito, como si fuese algo cinematográfico, es decir cuando vemos una película, la música que hay en ella es la que nos narra cada sentimiento de los personajes, por ejemplo: el amor, el odio, el miedo, la tristeza, etc. Toda clase de sentimientos que envuelven e interiorizan al hombre.
Al leer la novela de Andrés Caicedo, me imaginaba a que podría sonar cada letra, cada frase y cada pagina, ya que la descripción que en esta novela percibimos nos permite crear y suponer un imaginario, sobre el asunto de la musicalidad. Donde nos imaginamos el sonido de cada escena. Tal ves es por esto que mientras leemos sentimos al personaje de María del Carmen consumirse adentrándose en un mundo oscuro, lleno de neblina, el cual me suena a metal, a rock y a música pesada la cual nos muestra un mundo de desorden y desenfreno. Además lo nocturno que hay en el libro me hace sentir un sonido pesado, rápido el cual nos acelera el corazón y nos hace llegar a un éxtasis profundo, hasta el momento de identificarnos con el personaje de tal modo que conozcamos sus sentimientos efímeros, y lúgubres rodeados de muerte y oscuridad, donde todo es confuso y uno no sabe si lo que siente es felicidad, tristeza o terror, donde la vida pierde el sentido y la muerte gana un gran valor. De tal modo que todo lo que piensa el autor en su melodía de escritura, haga que se penetre este sonido en nuestras mentes y en un momento tratemos de pensar como él.
Con respecto a la vida de discoteca y rumba de María del Carmen, me parecía escuchar la música de fondo hasta tal punto de llegar a meterme dentro de esas rumbas tan grandes que se pegaban en cada reunión. Es por esto que al relacionar la narración con el aspecto cinematográfico, es viable decir que alcanzo a percibir el montaje musical de cada escena, donde la música pasa desde un primer plano, hasta un ultimo plano, haciendo una especie de paneo y dándonos sensación de movimiento. Creándonos de esta forma un ritmo cada ves mas acelerante.
En la novela también se perciben dos momentos musicales, por ejemplo un momento movido, rítmico lleno de emociones, rumba , sabor salsero, rock y un momento lento suave y armonioso. De esta forma mostrándonos las dos caras o de María del Carmen, donde al inicio de la historia se nos muestra una “mona” estudiosa, niña bien, de clase alta y en otra instancia vemos una “mona” loca viviendo una vida de hippie, metida en las rumbas, el sexo desenfrenado y el desorden.
Para terminar me atrevo a decir que cada cosa, cada objeto y elemento, tiene musicalidad, según la interpretación que le demos , y según nuestras concepciones acerca de lo que es musical y lo que no.
Al leer la novela de Andrés Caicedo, me imaginaba a que podría sonar cada letra, cada frase y cada pagina, ya que la descripción que en esta novela percibimos nos permite crear y suponer un imaginario, sobre el asunto de la musicalidad. Donde nos imaginamos el sonido de cada escena. Tal ves es por esto que mientras leemos sentimos al personaje de María del Carmen consumirse adentrándose en un mundo oscuro, lleno de neblina, el cual me suena a metal, a rock y a música pesada la cual nos muestra un mundo de desorden y desenfreno. Además lo nocturno que hay en el libro me hace sentir un sonido pesado, rápido el cual nos acelera el corazón y nos hace llegar a un éxtasis profundo, hasta el momento de identificarnos con el personaje de tal modo que conozcamos sus sentimientos efímeros, y lúgubres rodeados de muerte y oscuridad, donde todo es confuso y uno no sabe si lo que siente es felicidad, tristeza o terror, donde la vida pierde el sentido y la muerte gana un gran valor. De tal modo que todo lo que piensa el autor en su melodía de escritura, haga que se penetre este sonido en nuestras mentes y en un momento tratemos de pensar como él.
Con respecto a la vida de discoteca y rumba de María del Carmen, me parecía escuchar la música de fondo hasta tal punto de llegar a meterme dentro de esas rumbas tan grandes que se pegaban en cada reunión. Es por esto que al relacionar la narración con el aspecto cinematográfico, es viable decir que alcanzo a percibir el montaje musical de cada escena, donde la música pasa desde un primer plano, hasta un ultimo plano, haciendo una especie de paneo y dándonos sensación de movimiento. Creándonos de esta forma un ritmo cada ves mas acelerante.
En la novela también se perciben dos momentos musicales, por ejemplo un momento movido, rítmico lleno de emociones, rumba , sabor salsero, rock y un momento lento suave y armonioso. De esta forma mostrándonos las dos caras o de María del Carmen, donde al inicio de la historia se nos muestra una “mona” estudiosa, niña bien, de clase alta y en otra instancia vemos una “mona” loca viviendo una vida de hippie, metida en las rumbas, el sexo desenfrenado y el desorden.
Para terminar me atrevo a decir que cada cosa, cada objeto y elemento, tiene musicalidad, según la interpretación que le demos , y según nuestras concepciones acerca de lo que es musical y lo que no.








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